martes, 30 de diciembre de 2014

Hoy he soñado con la ciudad a la que nunca vuelvo. Ha sido un sueño vivo e intenso. Volvía a lugares en los que nunca he estado. Y recordaba lo difícil que era, y es, irse. Pero también he recordado lo difícil que es estar, y es, quedarse. Pienso en estos cuatro años. Cuatro años que hace poco, decías, eran demasiados. Y pienso en aquella ciudad y lo que me costó irme, y lo que me gustó quedarme. Supongo que en estos cuatro años ha sido el único momento en el que he pensado en mí sin pensar en ti. Y pienso que fue la única vez que me has dicho “te quiero”, pero ni siquiera en nuestro idioma. Supongo que nunca te he llegado tanto como para eso, como para ahora. Y ahora también recuerdo esos cuatro meses que sucedieron a la vuelta. Esos cuatro meses en los que lo dabas todo y yo te daba todo. A pasitos pequeños, pero tienes todas y cada una de las partes que me componen. Ya no pienso en mí sin pensar en ti. Ya no recuerdo cómo era yo. Ya no sé qué haría yo sin ti. Aunque tú te pienses, aunque tú te recuerdes sin mí. Yo ya solo pienso, recuerdo y supongo, porque es lo único que soy capaz de hacer. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Una relación es frecuencia.

Una relación es frecuencia. La frecuencia con la que hacéis cosas juntos. La frecuencia con la que no hacéis cosas por separado. La frecuencia con la que os veis y os dejáis ver. La frecuencia con la que os echáis de menos. La frecuencia con la que os estáis de más. La frecuencia con la que sentís. Con la que os reís. Y con la que lloráis, también. La frecuencia de vuestros planes. La frecuencia de vuestros recuerdos. La frecuencia de las benditas discusiones y de las malditas reconciliaciones. Frecuencias y más frecuencias. Frecuencia con la que os acostáis. Frecuencia con la que os abrís los ojos. O la cabeza. O el corazón. Frecuencia con la que os apartáis estando juntos y con la que os unís desde la distancia. Qué fácil se olvida uno de la frecuencia con que se hacen las cosas. Qué pronto se nos pudren y se tornan rutinas. Y qué fácil es olvidarse de que si no hay frecuencia, ni hay relación ni hay nada, pues puede que aún se sea, pero desde luego que ya no se está.
Un hábito es una frecuencia que nos gusta. Y un vicio es una frecuencia que nos hace mal. Cuántas relaciones que son hábito las mantenemos simplemente por vicio. Y cuántos vicios habituales acaban siendo un mero problema relacional.
Mi primera frecuencia en importancia fue, sigue siendo, y siempre será el error. Como le dije hace poco a alguien a quien aprecio, en esta vida encontrarás básicamente dos tipos de personas: la mala gente y los torpes. No hay punto medio, o vas a mala fe, o seguramente serás de los que se equivocan. Frecuentemente, sí. Por eso, hablar de frecuencias es hablar de distorsiones, de errores y de meteduras de pata. Dos veces en la misma piedra. Dos piedras de vez en vez.
Porque una vez es un punto, no tiene dirección en el espacio. Dos puntos, en cambio, marcan una línea recta. Y tres ya definen un plano. En cuanto existe más de un punto, ya intuimos un patrón. Una frecuencia. Y todo lo que se salga de ese tempo, es lo que acabamos llamando equivocadamente error.
Y hablando de errores. No hay mayor fallo que confundir frecuencias que se parecen mucho en apariencia, y sólo en apariencia. Por ejemplo, la frecuencia con la que se habla, que no tiene nada que ver con la frecuencia con la que se comunica. Porque hablar no escomunicarse. A que parece obvio. Pues no lo es. Uno puede hablarse todos los días y no decirse nada. Repasar la agenda como quien recita el listín telefónico y dejar congelado el sentimiento de hoy, por si lo recaliento precocinado para otro día. Hablar es sólo emitir. Comunicarse es preocuparse por que, además, te reciban. Y por supuesto, por la calidad de lo que se haya recibido. Y qué es la calidad sino la correspondencia entre lo que se estaba emitiendo y lo que se recibió.
Otro error básico muy pero que muy mío. Explicarme a mí mismo y a los míos por qué hago lo que hago y siempre del mismo modo. Distintas frecuencias, sí, pero siempre con la misma explicación. Y no. Así no funcionan las razones. Las razones son seres vivos. Mascotas emocionales que adoptamos tras cada acto llevado a cabo, y que desde el nacimiento mismo de nuestro recuerdo, se vienen a vivir con nosotros. Y las alimentamos, y maduran, y se desarrollan, y nos hacen compañía, y nos ayudan a estar mejor. Las razones son el mejor amigo del hombre y la más fiel amiga de la mujer. Un día, viendo la tele, te las miras por un momento y piensas cómo es posible que hayan crecido tanto, que ya no las reconozcas, con la poca cosa que eran cuando te las llevaste. Porque están vivas, y donde dijiste digo, dices Diego, y la verdad es que las dos suenan igual de bien y de adecuadas para el momento actual. No es que seas un puñetero incoherente, que también. Pero qué significa ser incoherente. Significa que tus razones crecieron y se fueron de casa. Y te dejaron solo otra vez. Las muy putas. Qué decepción.
Una relación es frecuencia. Cambia cualquier frecuencia y estarás cambiando la relación.
O mejor aún, cuida mucho tus frecuencias. Estarás cuidando tu relación.
RISTO MEJIDE- EL PERIÓDICO

lunes, 24 de noviembre de 2014

Estando contigo, contigo, contigo...

https://www.youtube.com/watch?v=PHuM9Bv27Hs
Alguien como tú nunca tiene prisa
Todos le esperan
Dice lo que piensa
porque lo que piensa es importante
Cuando habla, define
Cuando camina, crea el camino
Cuando se encuentra un muro, lo atraviesa
Cuando señala, sentencia
Y nunca ama, porque si lo hace, revienta.

Tomado de LTDSPLCQCP-ZSG
Y baja, triunfante, como si hubiera ganado la partida. Y no se da cuenta de que, la única que ha perdido algo, es ella.

martes, 1 de abril de 2014

EL OLVIDO

La olvidé. Por completo. Para siempre
(o eso creía entonces). Me cruzaba
con ella por la calle y no era ella
quien se paraba ante un escaparate
de ropa deportiva, no era ella
quien compraba el periódico en un quiosco
y se perdía entre la muchedumbre.
Como si hubiera muerto. No era ella.
Su nombre era el de todas las mujeres.


...Y, para colmo, sigo soñando con gigantes

y contigo, desnuda, besándoles las manos.

Con dioses a caballo que destruyen Europa

y cautiva te guardan hasta que yo esté muerto.

L.A.C.
Te he encontrado en la calle
y, luego, hemos cenado juntos.
Te lo he dicho otra vez:
mi vida quiere ser lo que llamaba Bowra
"the pursuit of honour through risk".
Y tu sonrisa se transforma
en una mueca obscena,
y sigues sin saber qué es el pudor.
Antes de medianoche
estabas muerta ya, amor mío.
L.A.C.




lunes, 31 de marzo de 2014

EN DESESPERACIÓN



Lo perdió del todo. Y ahora busca ya
en los labios de cada nuevo amante
los labios de él; en la unión con cada
nuevo amante busca engañarse
que es el mismo joven, que se entrega a aquél.
Lo perdió del todo, como si ni siquiera nunca existido.
Porque quería -dijo él- quería liberarse
del placer morboso, estigmatizado.
Era tiempo todavía -según dijo- de salvarse.
Lo perdió del todo, como si nunca siquiera hubiera existido.
A través de la imaginación, a través de las falsas sensaciones
en los labios de otros jóvenes busca los labios de él;
buscar sentir de nuevo su amor.






C.K.

DÍAS DE 1903



No los hallé ya otra vez -tan luego perdidos...

los ojos poéticos, el pálido

rostro ... en el anochecer de la calle ...

No los hallé ya más -conquistados sólo por casualidad,

que así con ligereza dejé;

y después con angustia anhelaba.

Los ojos poéticos, el pálido rostro,

los labios aquellos no los hallé más.

C.K.

GRISES






Mirando un ópalo medio gris

recordé dos hermosos ojos grises

que vi: hará unos veinte años ...

...................................................

Por un mes nos amamos.

después se marchó, creo que para Esmirna,

a trabajar allí, y no nos vimos más.

Se habrán afeado -si vive- aquellos ojos grises;

se habrá arruinado el bello rostro.

Memoria mía, guárdalos tú como eran.

Y lo que puedas, memoria, de ese amor mío,

lo que puedas tráemelo esta noche.
C.K.

VUELVE


Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame -
cuando del cuerpo la memoria se despierta,
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...

C.K.



"Estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas, que no hay, sin ti, el vivir para que sea"

Garcilaso de la Vega.
Y si pudiera haría un pacto con el diablo...sólo por ti y por mí.

jueves, 23 de enero de 2014


"Contigo mano a mano
busquemos otros prados y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
donde descanse y siempre pueda verte
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte."

-Garcilaso.