lunes, 25 de mayo de 2009

Kuolema Tekee Taiteilijan

Kerran vain haaveeni nähdä sain En pienuutta alla tähtien tuntenut Kerran sain kehtooni kalterit Vankina sieltä kirjettä kirjoitan Luojani, luoksesi anna minun tulla siksi miksi lapseni minua luulee Sinussa maailman kauneus Josta kuolema teki minusta taiteilijan Luojani, luoksesi anna minun tulla siksi miksi lapseni minua luulee Oman taivaan tänne loin Anna minun päästä pois

By Nightwish

(Solo una vez pude ver mi sueño No siento la pequeñez bajo las estrellas Una vez tuve barrotes en mi cuna Como prisionero escribo una carta desde allá Mi Señor, para ti, déjame convertirme en lo que piensa mi hijo que soy En ti está la belleza del mundo De la cual la muerte me hizo un artista Mi Señor, para ti, déjame convertirme en lo que piensa mi hijo que soy Mi propio cielo creé aquí, déjame escapar Mi propio cielo creé aquí, déjame escapar)

miércoles, 20 de mayo de 2009

silencio

Sonidos que, atrapados, recuerdan a los ecos del pasado. Sonidos que me alteran en mitad de la noche, y que me desvelan de los únicos sueños que soy capaz de cumplir. Un solo gesto y desvanecerse. Una sola tecla y morir. Ya nada es lo que era. Ya nada será lo que pudo ser. Y es que es tan duro recodar…nostalgia, solo nostalgia, como el humo que rodea la desapacible guarida secreta de mis alteraciones nerviosas, deseosas de robar un cachito más, de saciar la inanición que les rodea, de no volver a chocarse contra un muro. Volver o no volver, huir o no huir, pero siempre volar alto, mirando hacia arriba, deseando que la interminable franja que separa la realidad de los sueños se desintegre y borre el rastro de sangre y mentiras. Resquebrajar los papales de mi vida, todas las letras que he escrito. Pedir perdón, o simplemente no hacerlo.

Y olvidar…. Yo no podré hacerlo.

viernes, 8 de mayo de 2009

AND WAKE UP ALONE




Escasas las sabanas que cubren mi cuerpo en mitad de la noche. La única estampa, una ventana por la que se filtran los restos de las luces callejeras, y los ecos del bullicio asilado de la avenida 43. Soñar, soñar como casi todos los días que por un momento el mundo se detiene, y en esa inmensidad universal, basta con girarme un solo centímetro para rozar el suave impermeable que rodea tu cuerpo, seco y olvidadizo. Ya el ruido de la calle queda lejos, y nos rodea el sigilo de tu mano buscando en rincón del que apoderarse en medio de la cama, tierno, silencioso. Volar alto, tendida en un colchón de muelles de acero, con un solo movimiento, gobernando el mundo desde la cima mi inmenso cabezal milenario, lleno de recovecos que guardan el secreto indescifrable de la eternidad, hasta el final. Y despertar en la cuidad que nunca duerme, aislada de la fragilidad infinita, recordando tus huellas forjando una amarga despedida, la que me viene a la cabeza cada domingo soleado. Mirando por la ventana, pensando en Estocolmo, Helsinki o Copenhague, mientras mis ojos se pierden por el inmenso sendero que dibujan los puestos del mercado por el que solíamos pasear, sintiendo la alegre melodía de la guitarra del viejo vagabundo vienés que anima las calles con la aurora boreal, inspirando recuerdos… Y de repente volver a despertar.