lunes, 31 de enero de 2011

A Pablo...

Te contaré un secreto.
Los dioses nos envidian,
Nos envidian porque somos mortales ,
porque cada instante nuestro podría ser el último.
Todo es más hermoso porque hay un final.
Nunca serás más bella de lo que eres ahora.
Nunca volveremos a estar aquí.
Te prometo que te esperé, pero me cansé de hacerlo.

jueves, 20 de enero de 2011

No diga más y juegue.

Hoy es jueves por la noche. Uno de esos jueves de historia del arte a primera hora el viernes por la mañana, con examen de tres temas. Uno de esos jueves en los que yo todavía no he estudiado casi nada, y, para colmo, me encanta lo que ponen en la tele. Cinco minutos más. Sentada en el suelo del salón, como un niño que espera ansioso para descubrir cuál es su regalo de reyes. La quiero, señorita Kubelik. Es una pena que yo debiera estar estudiando. No es justo. No es justo que pongan una perla semejante y que yo me la pierda. Por eso no voy a hacerlo, odio las injusticias. No importa lo que pase mañana, en mi examen. En realidad, es de Lengua B1, y bastante más trascendental que los de antaño. Pero espero que el destino no me falle. Nunca lo ha hecho hasta ahora. Un último as en la manga, sólo uno más. Tres. Reina. Ya amanecerá mañana. Ya veremos que sucede con el arte de la improvisación. Ojalá sea tan buena como el cine. Quédate, no duermas, no pestañees. Esta es una noche mágica, de acostarse a las 2 y levantarse a las 5. Basta ya de lamentarse. Basta ya de pensar en el futuro y sus consecuencias. Juguemos una última partida. ¿Dónde tiene las cartas?

miércoles, 19 de enero de 2011

Sólo espero que, cuando pase la tormenta, todavía puedan verse las estrellas.

domingo, 2 de enero de 2011

Cantos de sirena me desatan del mástil...
Quizá el tren no pase dos veces.