miércoles, 17 de octubre de 2012


¿Y si me rindo?
Nunca lo hice.

jueves, 11 de octubre de 2012

Y por más que me digo que mañana acaba todo, que con el año nuevo empieza la vida nueva, la dieta, el gimnasio y los buenos propósitos, siempre acabo esperándote. Dibujándote la cara con los dedos, oliéndote el pelo, acariciándote la espalda. A la hoguera los propósitos de año nuevo. A la hoguera si cada día de esta vida puedo disfrutarlo contigo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

 Tienes miedo. Tienes tanto miedo que no quieres salir al pasillo, oscuro, vacío. Llevas ya una hora en la puerta del salón, esperando a decidirte, esperando a que en un arrebato de valentía tus pies comiencen a andar, sigilosos pero arduos, hacia la cama. Mientras, te acompaña el ruido de la tele. Y su luz. Ésa a la que te has aferrado en este último año y medio, tapado hasta el cuello con la manta, acomodado en el sillón. Pero sólo porque el pasillo te daba miedo. Cuando por fin te decidas en un arrebato de valentía, y tus pies comiencen a andar, sigilosos pero arduos, hacia la cama, cogerás el mando y apagarás la tele. Y mientras duermes olvidarás todo aquello que has visto durante esta noche.
Ten cuidado. Hace un par de segundos que terminaron de contar. Has pasado desapercibido, pero puede que no por mucho tiempo. Si te mueves, si das un paso en falso, puedes cruzarte con la mirada de aquella que busca, sigilosa, con ansias caníbales, su cena para esta noche. Y quizá también para toda la semana. Pero no es justo meterte miedo. Has de salir de la guarida en la que has estado encerrado, para correr hacia el árbol y salvar tu vida. Quién sabe si también la de algunos compañeros más.

Hasta que caiga el sol. Hasta que los que caigamos seamos nosotros.
Segundas opciones nunca fueron buenas.