Mataría por una última noche contigo. Solo una más. Tú, yo, y una
habitación de hotel. Los preservativos, si quieres, podemos olvidarlos. Hay
cosas que ya no puedo hacer, platos que ya no como, personas a las que ya no
veo. Pero lo que sí que no puedo hacer es oír hablar de sexo. Tampoco verlo.
Porque mataría por una última noche contigo. Solo una más. Tú, yo, y una
habitación de hotel. Y follar toda la noche. Tengo miedo de que nunca nadie más
vuelva a despertarme en mitad de la noche, y me venga por la espalda, sin darme
cuenta, y me bese el cuello mientras me recoge. Tengo miedo de que no me
vuelvan a hacer el amor de verdad. Me niego a que me toque algún niñato que no
sepa lo que hace. Me niego a que mis ganas le desborden. Así que sí, mataría
por una última noche contigo, en un hotel. Arriba, abajo, de cara, de lado. Y uno
en mitad de la noche, y que me vengas por la espalda. Y que me recojas.