jueves, 20 de enero de 2011

No diga más y juegue.

Hoy es jueves por la noche. Uno de esos jueves de historia del arte a primera hora el viernes por la mañana, con examen de tres temas. Uno de esos jueves en los que yo todavía no he estudiado casi nada, y, para colmo, me encanta lo que ponen en la tele. Cinco minutos más. Sentada en el suelo del salón, como un niño que espera ansioso para descubrir cuál es su regalo de reyes. La quiero, señorita Kubelik. Es una pena que yo debiera estar estudiando. No es justo. No es justo que pongan una perla semejante y que yo me la pierda. Por eso no voy a hacerlo, odio las injusticias. No importa lo que pase mañana, en mi examen. En realidad, es de Lengua B1, y bastante más trascendental que los de antaño. Pero espero que el destino no me falle. Nunca lo ha hecho hasta ahora. Un último as en la manga, sólo uno más. Tres. Reina. Ya amanecerá mañana. Ya veremos que sucede con el arte de la improvisación. Ojalá sea tan buena como el cine. Quédate, no duermas, no pestañees. Esta es una noche mágica, de acostarse a las 2 y levantarse a las 5. Basta ya de lamentarse. Basta ya de pensar en el futuro y sus consecuencias. Juguemos una última partida. ¿Dónde tiene las cartas?

4 comentarios:

  1. Llevo muchas noches mágicas estas últimas semanas, más de las que me gustaría, pero si algo he aprendido estos días, es que regodearse en el pasado y temer al futuro es inútil. Mejor vivir el presente.

    En fin, todos odiamos la injusticia cuando nos perjudica. Pero cuando nos favorece, no podemos más que amarla, y la llamamos suerte... Así que suerte mañana, a pesar de tu temeraria decisión de disfrutar de una obra maestra del cine ;).

    Por un presente y un futuro lleno de noches mágicas...

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  2. Brindemos por ello. ¡Que así sea!
    Muchas gracias de nuevo.

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  3. Cuántos recuerdos me han venido a la cabeza cuando he leído el principio de tu texto. Aquellas mañana a primera hora esperando al Javier...tantas y tantas cosas que, algunas, ya han caído en el olvido.
    Ahora sólo nos queda ese recuerdo entrañable de aquel pueblo nublado y unas clases llenas de letras y de gente, a las que nunca podremos olvidar.

    Me ha encantado tu texto. Mucha suerte en todo.
    Un abrazo.

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  4. Y a mi me ha encantado tu comentario. Ninguna de esas cosas han caído en el olvido, nunca lo harán, Antonio. Siempre que nos veamos, aquellas caras, leamos, o recordemos aquello que aprendimos...seguirán vivas.
    Un beso enorme.

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