Cae noche. Cae la noche y camino a casa. Cae la noche, camino a casa y me encuentro contigo. Cae la noche, camino a casa, me encuentro contigo y leo entre las líneas de tu mirada que me echas de menos. Cae la noche. Camino a casa. Me encuentro contigo. Y leo entre las líneas de tu mirada que me echas de menos, a mí y todos los demás. A mí y a los sueños que no cumplimos, ni juntos, ni separados. Cae la noche, camino a casa, me encuentro contigo, y sé que me echas de menos, a mí, a todos, y a esas tardes de cine, risas, y cervezas. Cae la noche, camino a casa, y me cuentas que esta noche ha venido a visitarte la nostalgia. Cae la noche. Camino a casa. Y he de decir que yo también te echo de menos. Caminan conmigo las falsas esperanzas, dicen. Caminan porque saben, como yo, que ya es demasiado tarde para mantener encendida la luz de las estrellas. Cae la noche, camino a casa. Y tú seguirás caminando, en busca de respuestas. Y yo seguiré caminando, intentando no hacerme demasiadas preguntas. Cae la noche, camino a casa, me encuentro contigo. Y te miro y pienso que no habrá nada que empañe lo que hemos vivido. Que no podrá borrarnos el olvido. Ni a nosotros, ni a ellos. Cae la noche. Camino a casa. Me encuentro contigo.
martes, 8 de marzo de 2011
Cae la noche. Camino a casa. Me encuentro contigo.
martes, 1 de marzo de 2011
Y las calles...
sábado, 12 de febrero de 2011
-¿Volverás?
Cogió su sombrero gris, y mientras veía como la sombra de su mano, reflejada en la pared, caía sobre su cabeza, yo sentía como caían mis respuestas.
-Nunca conocí a nadie como tú.
-Entonces no te marches.
-Eres la mujer más hermosa que he conocido en mi vida, la más dulce, la más comprometida. Nunca nadie había escuchado mis plegarias como tú lo habías hecho hasta ahora. Nunca nadie había comprendido mejor el sentido de mi vida, de mi alma. Has luchado incansable, conmigo, a mi lado. No sabes cuánto he aprendido de ti. Cómo disfruté de las noches en vela, conversando. Y de esos paseos, junto al rio, junto al mar. Y cómo reíamos mientras comías helado de fresa. Aquellas madrugadas de verano, tirados en el suelo, al raso, mirando las estrellas…
-No entiendo nada, de verdad.
-No es el momento. Eres todo lo que quiero, todo lo que siempre he buscado, pero no ahora.
-¿Entonces que se supone que debo hacer, esperar?
-Volveré.
-No lo harás. Nunca vuelven.
lunes, 31 de enero de 2011
A Pablo...
Los dioses nos envidian,
Nos envidian porque somos mortales ,
porque cada instante nuestro podría ser el último.
Todo es más hermoso porque hay un final.
Nunca serás más bella de lo que eres ahora.
Nunca volveremos a estar aquí.
jueves, 20 de enero de 2011
No diga más y juegue.
