sábado, 10 de marzo de 2012

...

Espero que se te rían los huesos. Que estés resarciéndote en tu victoria. Pero recuerda que una retirada a tiempo, no es una derrota. Y abre los ojos por una vez en tu vida para darte cuenta de que bailas sobre un castillo de naipes ya derruido. Que se cayó hace un tiempo. Y que no volverá a ponerse en pie. No por sí mismo. No por ti misma. Ahora no bebes otro néctar más que el de la victoria, y disfrutas de la “buena compañía” de unos huéspedes que acabarán marchándose, frente a unas velas que no tardarán en consumirse. ¿Qué harás entonces? ¿Qué harás cuando sea tu vela la que se derrita? ¿Seguirás esperando? ¿Seguirás esperando a que termine de decidirse ese amanecer que insinúa su salida? Pues sigue esperando, Bonita. Sigue esperando mientras tu juventud se consume, y mientras no hacen más que susurrarte al oído (si es que lo hacen), promesas vanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario