domingo, 15 de marzo de 2009

Las gotas de lluvia acarician mis mejillas mientras en cielo gris de la cuidad de Paris oscurece mi pelo acercandolo a un negro azabache. La humedad de sus reconditas calles me transporta a un mundo paralelo donde solo estas tu. Y mientras me promete horas y horas de paseos solitarios junto al mar, donde mi piel y la arena son un mismo cuerpo, donde pueda encontrate entre las olas de un mar de sol perdido a las orillas del Báltico, o quizas cerca del círculo polar. Y es que ya no siento frío cuando paseo descalza por la nieve...

No hay comentarios:

Publicar un comentario