Y acuérdate de mí en el día más triste, cuando ya no caigan hojas de los arboles, cuando no salga la luna a iluminar el cielo oscuro, cuando ya no haya por que vivir o por qué luchar. Acuérdate
de mí, como yo me acuerdo de ti ahora, esperando a que pase la tormenta. Y entonces se habrá servido fría me venganza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario